Saturday, May 23, 2009

No del todo

Tengo tantos pensamientos inútiles que no quiero compartir que he decidido continuar escribiendo. Podría recomendar algo, incrustar un video de Miguelito Valdés o adjuntar una canción que con filantrópico cariño he decidido pasar de vinilo o pizarra a la computadora y de ahí a ustedes. Podría. Pero todo eso sería distorsionar el espléndido proyecto de absoluta inutilidad al que este espacio se dedica en cuerpo y alma.

En cuerpo y alma es una expresión. Este espacio no tiene cuerpo y yo no tengo alma, por eso voy a Oz a preguntar qué hay de lo mío.

Al fin y al cabo la única razón de todo esto es que no quiero cumplir con mis obligaciones, que pasan por un sesudo trabajo, y también cabezudo, donde Barthes, Lacan y Jakobson se están echando una apuesta a ver quién acaba antes con mi autoestima. Las cartas están trucadas, Lacan y Barthes tienen ventaja por ser franceses, pero no hay color, ni escalera, y todo son ases: Uno es como una espada, clarito y sencillo, aquí esto y aquí lo otro, de un lado el autor y de otro el escriba, de un lado el texto y de otro la obra, como debe ser. El otro es un basto: "el deseo es siempre el deseo del otro", a otro con eso, "no existe la relación sexual", diga usted que no, especialmente en mi cama. Y así suma y sigue, o resta y sigue, o divide y sigue, o multiplica y sigue. O a la inversa: sigue y suma, etcétera.

Todo lo anterior tampoco tiene nada que ver con lo que yo venía aquí a donde he venido sin moverme de la silla. Si vengo sin moverme no me muevo, porque no he venido. En resumen:

Ayer me fijaba en un hombre de unos 70 años, parroquiano habitual del café "real molienda" que en mi caso siempre leo "real molicie". No porque estuviera hablando con un punk de 2o y punk pero punk, con cresta, dientes bien molidos, expresión un poco ida y expresiones entrecortadas por constantes "uhs". Tampoco porque me diera cuenta de que el anciano lleva al cuello un collar del que pende una calavera de diamantes a juego con la calavera de su anillo. Me propuse ser tópico y me dije "estas cosas solo se ven aquí", aquí, en este espacio. No, solo lo miraba por mirarlo, por el puro placer de no mirar mis páginas sobre la función fática, ¿me siguen? Por esa razón por la que a veces miramos un culo, algunos, o por la que miro aún la rama de la que se acaba de marchar el colibrí que viene a vernos todos los años, desde México dicen. Lo que viene a ser el placer de mirar, así sin excusa.

Y entonces va y viene, se acerca y sonríe y dice:

"Pues aún no han disparado contra Bush...
¡Hijo de puta!"

Y agarró la puerta y se marchó. Hubo una tremenda confusión en el café porque hacía frío y queríamos nuestra puerta, pero esa ya es otra historia.

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